Para que el invierno no nos
pille con el pie cambiado vamos a ir poniendo a punto nuestro armario. Pero lo
haremos poco a poco y disfrutando en cada post de los tejidos, las prendas o de
los complementos que serán imprescindibles en este comienzo de otoño.
Comenzamos con un tejido
básico, de los que no pasa el tiempo por él y que por mucho que pensemos que
esta temporada no estará en nuestro vestidor; siempre aparece: la pata de gallo
o pie de Pool. Este invierno volverá a ser un must; sobre todo en faldas y prendas superiores. Si no tienes este básico ya va siendo hora de que te hagas con él porque nunca será dinero perdido sino una inversión de futuro. Vamos a hacer historia y conocer un poco más a fondo este clásico.
Se extrae de la lana de las
tierras escocesas y el primero en lucirlo y saber que éste sería un tejido estrella
fue el Duque de Windsor y es que los señores siempre han tenido buen gusto y lo
lucen muy asiduamente la aristocracia inglesa en los siglos XIX y XX.
Hay muchos motivos por los
que hacerse con este tejido además de que sea un clásico imperturbable. La pata
de gallo es lana o tejido de ésta, tiene cierta elasticidad natural, un aspecto
muy importante es que no forma “pelotillas” (muy a tener en cuenta cuando
hablamos de prendas duraderas) y no tendrás problemas en el planchado porque
prácticamente ni se arruga. Solo una pega; su lavado debe ser en seco así que
tampoco te líes a comprar demás porque quizá gastes más en tintorería que en
las propias prendas.
Sandra Delgado
@delgadopozuelo
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