Los
que soléis leer el blog, bien sabéis que lo que hacemos en estos post es
acercaros modas, tendencias, planes, lugares fabulosos o historias que
emocionan. Esta vez voy hacer uso del blog para acercaros una experiencia. Generalmente, no suelo lanzar a los cuatro
vientos mis reivindicaciones y mi indignación pero esta vez no me ha quedado
otra.
Aprovechando
que justo esta semana pasada volvíamos a conocer nuevamente los datos de
desempleo os acerco una experiencia, poco gratificante pero como todas muy enriquecedora.
Soy
Licenciada en Periodismo, Máster en Comunicación radiofónica, con mis cursitos
a la espalda de gestión de redes, de maquetación y demás. Mi experiencia no es
que sea amplia pero sí he trabajado en medios durante cinco años y ahora y por
la situación que viven los Mass Media como muchos otros juntaletras me dedico a
otras labores ( y dando gracias). Aún así nunca he abandonado la idea de
encontrar un trabajo que me estimule y me haga sentir feliz, por eso no dejo de
enviar mi cv a todas aquellas ofertas que veo. Hasta ahí como la gran mayoría
de españoles. Hace una semanita que recibí “la llamada”, alguien se ponía en
contacto conmigo para hacerme una entrevista en la que el primer mes no iba a
cobrar y los dos meses siguientes trabajaría de becaria a media jornada. Feliz
como un regaliz me fui para casa, ellos me detallaron los horarios, me
explicaron mi misión en la empresa y hasta me presentaron a mis compañeros.
Acepté las condiciones nefastas que me ofrecían porque he sido educada bajo el
lema “lo que cuesta siempre tiene su recompensa”. Tan solo tenían que llamarme a lo largo de la
tarde para comentarme exactamente el número de la calle donde se situaba la
oficina al día siguiente. Pues bien, de esto hace ya una semana y los que se
hacen llamar personas no han llamado ni por su puesto para darme las señas ni
para decirme “nos lo hemos pensado mejor”. Esta gente (y lo escribo de manera despectiva)
no se ha dignado ni a contestar un mail ni a escribir un mensaje para
comunicarse conmigo. El trato humano y la educación ha desaparecido en esta vorágine
de búsqueda de empleo.
Muy señores míos, servidora estará buscando empleo y
cada día tiene que demostrar lo que vale y hacerse valer. Cierto que somos
muchos candidatos para un solo puesto de trabajo y que son ustedes quienes deciden
pero sinceramente quienes deben aprender a comportarse son ustedes porque el
hombre debe comportarse como tal y sino posee esas cualidades debería
adquirirlas. Sino poseen esa educación ya con cuarenta años, es harto
complicado que algún día puedan tratar con personas que creemos tenerla, porque
aunque engrosemos las listas del antiguo Inem nuestros padres sí se han
encargado de educarnos como corresponde. Hagan el favor de no comportarse como
lo que son, eviten ser mezquinos y tomen ejemplo de aquellos que sí queremos trabajar
a costa de su miseria ( y no precisamente la económica)
Sandra
Delgado @delgadopozuelo
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