Hace treinta años era impensable ver
otra modalidad en las manos o los cuellos de antaño que no fuera el oro dorado. Hoy en día hemos roto, gracias a
Dios, con esa tendencia. Con esto no quiero decir que me horrorice el oro
amarillo pero creo que en la variedad está el gusto y en la diversidad más.
Nada mejor para conquistarnos que una
joya grabada pero la gran duda es si elegir oro
rosado en lugar del
dorado. Es sencillamente una cuestión de gusto, o mejor dicho de tendencias. El
dorado es un clásico, nunca decepciona y su valor siempre es seguro. Pero
existe un pero, y es que muchas de nosotras somos de la teoría de renovarse o
morir. Ahora es el tiempo de los cambios, de apostar por las modas y el oro
rosado es un “must”
este otoño e
invierno. Resulta elegante, discreto y más combinable de lo que te crees.
Si lo que te preocupa es con qué
ponértelo, quédate tranquila. Aquí te doy las claves para que no defraudes:
perfecto con negro, colores tierra o nude, los metalizados pueden ser una
apuesta interesante para lucirlo de noche. No te olvides que el blanco también
es una opción sobre todo de cara a las jornadas de trabajo. Y el oro amarillo;
simplemente va con todo; eso sí ni se te ocurra lucirlo con dorado o entrarás
en el reino de las horteras de por vida. Vamos que, si no tienes una pieza con
este metal precioso nunca serás una “it
girl”.
Sandra Delgado @delgadopozuelo
No hay comentarios:
Publicar un comentario