Cuando los padres dejan a sus hijos en el colegio
la friolera de ocho horas, lo hacen porque confían, porque tiene total
tranquilidad a la hora de marcharse a sus compromisos laborales dejando así la
guardia y custodia de sus retoños.
Las noticias de las últimas semanas de los
presuntos abusos cometidos por un profesor de música del Colegio madrileño de
Valdeluz, no dejan de sorprender a los lectores pero más si cabe a los padres
de los alumnos que allí estudian. No paran de salir testimonios que acusan a
Andrés Díaz de haber cometido abusos. Oficialmente ha sido acusado de siete
abusos a menores. Y todas ellas detallan un procedimiento: el profesor se
acercaba poco a poco a las alumnas, ganándose así su confianza. Ante la promesa
de subirles las notas y avanzar en sus carreras musicales, Díaz pudiera haber
cometido sus fechorías.
En 2006 llegó el primer testimonio, una joven de
17 años acusaba al profesor de abuso. Los ecos de este relato llegaban a la
dirección del centro. Sin embargo, restaron credibilidad al relato de la
adolescente y finalmente la joven no llegó a interponer la denuncia. El jefe de estudios del centro y el Director
del mismo fueron detenidos y están imputados por un presunto delito de omisión
del deber y declararán el próximo 10 de marzo. El pasado 13 de Febrero el Jefe
de Estudios revelaba a la Policía que “deberían haber tomado medidas” y que por
ello se “sentía culpable”. Ahora, el abogado de ambos habla de cautela y señala que ambos imputados “no
tenían conocimiento de que el profesor hubiera cometido abuso alguno ni en
2006, ni 2007, ni nunca”.
Qué complicada debe ser la defensa de alguien que
presuntamente miente, que en principio omite información, que
ligeramente olvida hechos tan importantes o que no parece reconocer sus
errores.
Y qué debe de sentir en estos momentos aquella
joven que en 2006 lanzó la voz de alarma, o los padres que confían la educación
de sus hijos al colegio Valdeluz. ¿Dónde ha quedado la inocencia de los niños? Por
qué se cargan de un plumazo y los convierten en víctimas que ni son conscientes
de la realidad sufrida. Esperemos que el miedo se convierta en justicia.
Sandra Delgado @delgadopozuelo
Sandra Delgado @delgadopozuelo
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